El territorio de la actual Segunda Región de Chile, en especial la provincia de Antofagasta, fue incorporado a la economía nacional por chilenos y con capitales chilenos, que actuaban libremente.
Como resultado de la Guerra del Pacífico, Chile se vio dueño de un territorio de casi 180.000 kilómetros cuadrados y con ricos minerales de cobre y los únicos yacimientos de salitre natural que se conocían en el mundo.
Tal potencial necesariamente influyó en el desarrollo económico de Chile. Gran parte del esfuerzo humano y financiero del país se volcó a al industria salitrera, produciendo una riqueza no conocida hasta entonces. En aquellos mismos años se generalizó en el mundo el uso del salitre como fertilizante y como materia base para la fabricación de explosivos, lo que provocó una gran demanda.
Antes de 1879 las salitreras eran financiadas con capitales peruanos en Tarapacá, y chilenos en Antofagasta. que producían cerca de 15 millones de quintales al año. También, antes de 1879 se constata la presencia de compañías inglesas, alemanas, italianas, españolas y francesa, con una producción total de unos cinco millones de quintales.
Sin embargo, Chile vencedor de la guerra, no protegió la riqueza salitrera. Financistas ingleses y alemanes comenzaron a invertir en ellas. Entre éstos sobresale un inglés que trabajaba como maestro de construcciones metálicas, John North, en Perú.
Debido a la demanda y al buen precio del nitrato chileno, el territorio de Tarapacá y Antofagasta, se cubrió de oficinas salitreras. La producción subió de 200 mil toneladas en 1880 a 900.000 en los primeros años del siglo xx.
El gran impacto del salitre estuvo en la riqueza pública. El estado chileno no poseía salitreras ni las explotaba; sus ingresos venían del impuesto que se cobraba a los exportadores por cada quintal que salía del país.Fue considerable el dinero que entró en las arcas fiscales por concepto del pago de exportaciones del salitre y que llevó a suprimir los impuestos por algunos años.
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